¿Quién está allí?

¿Existe alguien o algo que controle nuestros destinos, más allá de los factores físicos, digamos, algún tipo de voluntad ajena a la del individuo mismo?

Descubrir esta respuesta presenta dos desafíos para el ser humano: el primero se refiere a trascender nuestros sentidos, tres físicos (el oído, la vista y el tacto) y dos químicos (el gusto y el olfato), para identificar el origen de las señales que llegan a estos sentidos, y ver si tienen algún tipo de diseño intencionalmente estructurado. De esa forma, la comprensión de la realidad que nos rodea no sería entendida en su forma bruta, sino según lo que hace que la cosa sea; es decir, ir de menor a mayor.

Otro factor que afecta nuestra comprensión del medio es esa enfermiza actitud de muchos seres humanos de dar características psicológicas humanas a los diferentes elementos de la naturaleza. Como si el universo fuera una gran mente que actúa en voluntad sobre unos pequeños seres que viven en un planeta minúsculo llamado Tierra. Esta tragedia griega de las mejores es un modelo que persiste en nuestro días como forma de enseñanza y, además, promueve un sentimiento antropocéntrico innecesario.

No hay más que decir,. Está claro que el hombre es el producto de sus propias acciones, conscientes o no, es el único ser trascendente a su propio ser y naturaleza, las cuales le llevan hacia una nueva etapa como un ser renacido.

El ser humano muere día a día para, desde la oscuridad, renacer como un nuevo ser al día siguiente. La luz y la oscuridad se hacen uno en el ser humano, al ser éste la piedra angular donde se levanta el templo a la sabiduría. Es por eso que cualquier cosa que nosotros hagamos es creación. De esta forma, yo llego a ser según la relación entre mis causas y los efectos de ellas. En otras palabras, los efectos de mis acciones me hacen crecer, independiente de todo juicio moral.

El renacido dice: "La vida es una gran oportunidad y es por eso que estamos aquí, tenemos vida, conciencia, podemos interactuar y desplazarnos por este mundo, ya sea como actores o como espectadores".

Y si realmente existe alguien que controle nuestros destinos, pues bien, qué sabio fue aquel que liberó a los hombres del yugo del determinismo fatalista y les dio la luz de la sabiduría, para ayudar a ese desconocido a hacer de este universo un lugar más hermoso y más humano.


Artículo publicado en el diario la Estrella de Arica el día Sábado 18 de Marzo de 2006


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