Para asegurar una sociedad realmente culta, liberadora y que sea capaz de trascender las presiones del consumismo y la idolatría, deberíamos usar los referentes del pasado; específicamente, la educación previa al término de la edad media.
La educación clásica se remonta a los siglos 13 y 14 cuando los estudiosos formalizaron la transmisión del conocimiento y consecuentemente crearon el sistema universitario occidental –debemos tomar en cuenta que el término clásico se relaciona más con lo griego y romano-. Así, la educación clásica se enfocó a lo que se llamaron las artes liberales.
El punto central del tema parte que la educación es para los hombres libres, no para los esclavos. Es decir, muchos hombres podrán saber mucho pero si sus conciencias están atadas a falsas creencias o convicciones, de nada les servirá saber cosas de las cuales después renegarán, ya que la libertad es libre de toda existencia física y es la que le da alas a la mente para volar donde el cuerpo no puede llegar y así traer el conocimiento que le permitirá saber. Además, la educación clásica estaba diseñada para liberar a los individuos y sacarlos del caos de la irracionalidad (por ejemplo: de las falacias).
Dentro de las llamadas artes liberadoras podemos mencionar las siguientes asignaturas aplicadas con un carácter analítico y no como mera cultura general. Estas son: La matemática y la aritmética (reflexionar sobre los números en si mismos), la geometría (reflexionar sobre los números proyectados en el espacio), la música (reflexionar sobre los números proyectados en el tiempo), la astronomía (reflexionar sobre los números expresados tanto en el tiempo como en el espacio), la gramática (reflexionar sobre los componentes del pensamiento, del por que usamos conceptos como una interfase entre la mente, la realidad y su entendimiento), la lógica (es el arte de descubrir las propiedades que rigen los pensamientos), y finalmente la retórica (es la forma de expresar los pensamientos en una forma clara y persuasiva). Valga mencionar que el estudio de la retórica implica el estudio de la literatura y de los discursos, y sirvió como una introducción hacia el campo de la política o el discurso público.
El conocer es ciencia (saber), y aplicar sabiamente este conocimiento es arte. Lamentablemente, la tendencia en nuestra sociedad contemporánea, y específicamente en Chile, está en el reprimir el pensamiento crítico y libre, pilar fundamental de una nueva era de libres pensadores y no de esclavos.
Artículo publicado en el diario La Estrella de Arica el día Sábado 7 de Enero de 2005.
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