El libre albedrio

Si la libertad ya es una cosa complicada por sí misma, el libre albedrío pone todo de cabeza ya que éste se basa en el uso, y aveces abuso, del concepto de libertad. Pero ¿hay un límite?
El libre albedrío se plantea como: “un corolario de la conciencia; decir que somos libres, es sencillamente significar que conocemos lo que estamos haciendo”. Es decir, tener conciencia de la realidad es comprenderla en su totalidad, y por ende, haber visualizado el por qué de toda nuestra ignorancia; y además, haber respondido todas las respuestas significativas planteadas por los seres humanos de manera concreta. Y si el conocimiento te hace libre y no el engaño, entonces ¿cómo puedo yo llegar a saber lo suficiente como para decir que soy libre? ¿Es esto libertad?
El libre albedrío usualmente se confunde con el hacer lo que uno quiera, y quizás en parte es así, especialmente cuando el concepto de libertad se matiza con un toque de irracionalidad como producto de la ignorancia; no obstante, siempre debe quedar en claro que mi deseo de libertad no significa atropellar la libertad de otros, menos cortarlas o reprimirlas. El libre albedrío es hacer tu voluntad en tanto no dañes a otros ya que los demás tienen tanto derecho como tú de ser y hacer. De esta forma, el libre albedrío implica la responsabilidad de pensar racionalmente sobre nuestras acciones y sus consecuencias ya que un ser libre asume la responsabilidad de los resultados de sus decisiones. Somos causa, pero también efecto.
Finalmente, el deseo de libertad proviene de esa energía vital llamada vida, esa necesidad de comprender nuestro entorno, de relacionarnos con los demás y de dejar un legado para que nuestra existencia cobre sentido. Detrás del libre albedrío se esconde la voluntad, pero una voluntad sin razón es como un caballo sin jinete, pero si la razón no ha sido educada sabiamente entonces el libre albedrío se transformará en tiranos y represores quienes nunca comprenderán que el concepto de libertad es un beneficio que se entregan los hombres entre si.
La libertad no es una condición natural, sino que es el resultado de la emancipación de la conciencia humana, la libertad es la luz que ilumina a los esclavos de sus pasiones.

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    ya me parecía que eso de "tu libertad termina cuando comienza la de los demás" con la que me torturaba mi padre durante la infancia tendría una aplicación importantísima en mi vida...

    Bueno, eso de hacer lo que se quiere depende de demasiados factores y no todos referentes a la propia conciencia o tu lado "racional" (a menos que seas un excelente psicópata, claro)... de una u otra forma, jamás estamos en condiciones de realizar todo aquello que pulula en nuestros ensueños. Por ello digo: mucho cuidado con lo que deseamos...

    Un abrazo
    Carla

    pd: llegué aquí por el blog de los magios, me reí demasiado... ya tendré tiempo de leer tu blog detenidamente, ahora estoy sacando la vuelta...

    saludos

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