
Por ejemplo, Open Office es una aplicación segura, amigable y que cualquier usuario común y corriente puede manejar; lo mismo pasa con los programas de audio, video, comunicación, video conferencia, programación, manejo de planillas electrónicas, juegos, presentaciones, creación de base de datos, navegación por internet, e-mails, etc.
La filosofía Open Source de Linux es clara y se especifica en los siguientes puntos: 1. Libre redistribución: el software debe poder ser regalado o vendido libremente. 2. Código fuente: el código fuente debe estar incluido u obtenerse libremente. 3. Trabajos derivados: la redistribución de modificaciones debe estar permitida. 4. Integridad del código fuente del autor: las licencias pueden requerir que las modificaciones sean redistribuidas solo como parches. 5. Sin discriminación de personas o grupos: nadie puede dejarse fuera. 6. Sin discriminación de áreas de iniciativa: los usuarios comerciales no pueden ser excluidos. 7. Distribución de la licencia: deben aplicarse los mismos derechos a todo el que reciba el programa. 8. La licencia no debe ser específica de un producto: el programa no puede licenciarse sólo como parte de una distribución mayor. 9. La licencia no debe restringir otro software: la licencia no puede obligar a que algún otro software que sea distribuido con el software abierto deba también ser de código abierto. 10. La licencia debe ser tecnológicamente neutral: no debe requerirse la aceptación de la licencia por medio de un acceso por clic de ratón o de otra forma específica del medio de soporte del software.
Un mundo libre y globalizado parte por la voluntad de sus ciudadanos de velar por el bien común en temas sensibles como la escandalosa brecha en el conocimiento por razones económicas y la posibilidad de contar en forma gratuita con los canales que permitan una comunicación expedita.
Linux terminó, en base al esfuerzo de programadores del mundo y otros colaboradores, con el monopolio oligárquico de unos pocos, y le dio la posibilidad al mundo de tener libre acceso a la información.
Ya no hay marcha atrás, gracias a Linux, ahora tanto el pobre como el rico pueden acceder a ese bien común y patrimonio de todo la humanidad llamado, conocimiento.
Artículo publicado en el diario La Estrella de Arica el día sábado 12 de mayo de 2007.
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