El honor.

Cuando uno piensa en el concepto de honor, se nos viene a la mente las imágenes de los samuraí y su filosofía del "Bushido"; de los Caballeros Templarios y su devoción por la búsqueda de la verdad; o simplemente, evocamos imágenes de hombres de buenas costumbres.

El diccionario de la Real Academia Española define honor como: 1. La cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo. 2. Gloria o buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones heroicas, la cual trasciende a las familias, personas y acciones mismas de quien se la granjea. 3. Honestidad y recato en las mujeres, y buena opinión que se granjean con estas virtudes.

El honor está estrechamente ligado con la dignidad de la persona; es la virtud de un ser humano de ser reconocido por sus iguales por su destacada calidad humana, honestidad, transparencia, buenos modales y su lealtad y consecuencia con sus principios y hacia los demás.

Si bien una cualidad moral es algo subjetivo y propio de cada cultura, existen conceptos trascendentes y transversales a la especie humana. Por ejemplo, el respeto por los más débiles y los enfermos, por la dignidad de las personas, o el cuidado y el respeto por las nuevas generaciones.

La sociedad no es una jungla. Un hombre de honor sabe que el concepto de "Darwinismo Social" es una de las mayores estupideces, porque es nuestra capacidad de tomar decisiones lo que nos diferencia del instinto de la selección natural o la supervivencia del más fuerte que impera en los demás animales. La desigualdad social es consecuencia de mentes corruptas y descriteriadas, que explotan a los demás en pro de su beneficio.

¿Cómo reconocer a un ser humano de honor? Nuestro mundo está lleno de personas que hablan y predican sobre el honor como si fuera una palabra mágica, que al momento de salir de los labios de quien la pronuncia invistiese de las más altas cualidades humanas a dicho interlocutor. No obstante, el honor, afortunadamente, va más allá de ser un mero concepto, ya que la única posibilidad de evaluar a un hombre de honor, es a través de sus acciones y no de su discurso.

¿Cómo puede un libre pensador alcanzar la trascendencia a través del honor? ¿Cómo se puede ser un ser humano de honor sin perder la libertad personal de elección? La discusión queda abierta.

Artículo publicado en el diario La Estrella de Arica el día sábado 14 de abril de 2007.

0 Comments:

Post a Comment



Entrada más reciente Entrada antigua Página Principal